Islas de calor urbano: Un desafío urgente para las ciudades
Con el calentamiento global y el cambio climático, las olas de calor prologadas y extremas ya no son una rareza. Las islas de calor urbano multiplican los efectos del aumento de las temperaturas en las ciudades durante el verano o en las regiones cálidas. El medio ambiente y los ciudadanos sufren las consecuencias de este fenómeno. Por suerte, existen soluciones para afrontar este reto mediante la planificación urbana sostenible.
¿Qué es el efecto isla de calor urbano?
En consecuencia, el agua de lluvia se evapora rápidamente de tales superficies, y sin ninguna planta que garantice la transpiración, no se produce ningún efecto de enfriamiento. Como resultado, la temperatura en una zona urbana es considerablemente más alta que en la zona rural, especialmente durante el verano y en las regiones cálidas, y construye una isla de calor urbana. Por ejemplo, en verano, la temperatura de la ciudad de Nueva York es 4°C más alta que la de sus alrededores rurales. Esto puede parecer una pequeña diferencia, pero incluso aumentos mínimos de temperatura pueden tener consecuencias negativas para los seres humanos y la naturaleza.
El calor: Un peligro para el medio ambiente y la salud pública
Las islas de calor aumentan el consumo de energía
Con cada 2 grados de aumento de la temperatura, la demanda de electricidad para el aire acondicionado aumenta entre un 1% y un 9%, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
Las islas de calor exacerban los episodios de calor extremo. Esto no sólo es problemático, ya que puede provocar escasez de electricidad y apagones durante dichos eventos, sino que un mayor gasto de electricidad significa también un mayor consumo de recursos para producir energía. Debido a la elevada proporción de combustibles fósiles en la producción de energía, el aumento del uso de la electricidad conlleva un incremento de las emisiones de contaminantes atmosféricos y de gases de efecto invernadero.
El peligro de la polución del aire
Estas emisiones no sólo contribuyen al calentamiento global, sino también son peligrosas para la salud humana y otras especies. Los contaminantes atmosféricos hacen parte en la formación de ozono troposférico, materia fina particular (PM) y lluvia ácida. Especialmente la formación de ozono a nivel del suelo se acelera por el efecto de islas de calor urbano.
Deshidratación, agotamiento por calor y muerte relacionada con el calor
Con el cambio climático, se estima que las olas de calor aumentarán. Las islas de calor urbanas multiplican los efectos de las olas de calor. Por eso las olas de calor en las ciudades serán más extremas de lo que ya son. Como consecuencia, la población humana puede sufrir deshidratación, golpes de calor o infartos al corazón, todos ellos potencialmente mortales. Especialmente las personas mayores, los niños, las personas con enfermedades y las personas sin hogar corren un alto riesgo de sufrir impactos mortales por el calor.
Pero también el medio ambiente sufre las consecuencias del calor extremo. Las sequías y la escasez de agua son tan peligrosas para las plantas y los animales que viven en la ciudad como para los seres humanos. Además, pequeños aumentos en la temperatura del agua pueden acelerar el crecimiento y la reproducción de bacterias, algas y otras especies. Esto no sólo deteriora la calidad del agua potable para los humanos, sino que incluso resulta fatal para la vida acuática.
Cómo contrarrestar y prevenir las islas de calor urbanas
El calor y la sequía se están convirtiendo en un reto acuciante para las ciudades. Afortunadamente, los métodos para contrarrestar las islas de calor no son demasiado complicados.
1. Medir el cambio de temperatura y los puntos calientes
2. Incorporar infraestructura azul-verde
Una vez identificadas las zonas urbanas en las que los efectos de la isla de calor son mayores, debería integrarse la infraestructura verde en esas zonas. Los árboles y las plantas proporcionan sombra y purifican el aire. Lo mejor es plantar, árboles de sombra autóctonos y tolerantes a la sequía y plantas más pequeñas como arbustos, hierbas y cubiertas vegetales, siempre que sea posible. Los parques con superficies verdes y riberas re-naturalizadas proporcionan un hábitat para los insectos y otros animales salvajes. También absorben el agua de lluvia en el suelo. Esto evita las inundaciones y facilita la evaporación lenta, generando un efecto de enfriamiento.
Los pequeños esfuerzos cuentan
Las medidas ecológicas no deben aplicarse siempre a gran escala. Las pequeñas soluciones basadas en la naturaleza también tienen un efecto positivo y pueden integrarse fácilmente en zonas de césped o zonas áridas, terrenos vacíos y pasos peatonales.
En lugar de sellar la superficie de un aparcamiento, por ejemplo, el pavimento semipermeable es una alternativa inteligente. Los tejados y las fachadas de los edificios podrían servir de jardines urbanos y pequeños espacios verdes, haciendo la ciudad más atractiva visualmente. Una alternativa a los jardines en las azoteas son los tejados fríos, construidos con materiales o revestimientos que desvían la luz solar y el calor en lugar de absorberlos.
Haga un cambio estructural
Para prevenir eficazmente la isla de calor urbana, la infraestructura verde-azul y las soluciones basadas en la naturaleza deben incluirse en la estrategia de planificación urbana y en la construcción de la futura zona urbana. De este modo, las ciudades pueden pasar de reaccionar a los impactos del cambio climático en modo defensivo a prevenir sus propios impactos negativos sobre el medio ambiente y convertirse resilientes a los efectos del cambio climático.
3. Medir los impactos
Además de una buena planificación, la medición del impacto de la infraestructura verde y de las soluciones basadas en la naturaleza es clave para el éxito de la transformación urbana verde. Saber qué intervenciones son realmente eficaces y cuáles no facilitará el desarrollo de soluciones a medida con una buena relación de beneficio-coste.
Para ello, le puede resultar útil este manual: The Handbook for Practitioners and Methods for Evaluating the Impacts of NBS.
Efectos positivos de la infraestructura verde
En general, los efectos positivos de la infraestructura verde residen en el llamado efecto de ciudad esponja. Además de contrarrestar las consecuencias de las islas de calor urbanas, el efecto de ciudad esponja puede resumirse en las siguientes mejoras principales para los seres humanos y el medio ambiente:
Más soluciones basadas en la naturaleza
Para saber más sobre la importancia, la aplicación y la medición de las soluciones basadas en la naturaleza, dele un vistazo a las diapositivas de la presentación del último seminario web de MGI. Click aquí.
Si está interesado en tener su propio jardín en la azotea, esta guía paso a paso puede ayudarle. Click aquí.
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